¿Son fritas o son horneadas? El nombre engaña porque tienen lo mejor de los dos. Parecen fritas pero no tienen tantas calorías. Tiernísimas por dentro, crujientes por fuera y con un sabor complejo que volveréis a hacerlas muchas veces para invitados y familia. Fáciles de hacer, desaparecerán en un momento. No son unas patatas cualquiera.
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Ingredientes:
• 2 patatas grandes o 3 medianas
• 3 cucharadas de aceite de oliva
• 1 cucharadita de pimentón
• 1/2 cucharadita de pimienta de cayena
• Sal 1 cucharadita
• 1/2 cucharadita de pimienta negra
• 1 cucharadita de polvo de ajo
• 1 1/2 cucharadita orégano
• 1 cucharadita de polvo de cebolla
Preparación:
Precaliente el horno 390 grados F (200 grados C).
• Lavar bien las patatas. No pelar. Cortar la patata en trozos más bien grandes — como los wedges de McDonald´s.
• Mezcle bien el aceite de oliva con el resto de los ingredientes en un bol. Poner las patatas cortadas en el bol.
• Remover bien con un tenedor o las manos asegurándose que todas patatas queden bien recubiertas. Colocar en una bandeja en una sola capa.
• Hornear durante 20 minutos en el horno en un horno caliente precalentado a 390 ºF o 200º C
• Darla vuelta a los 20 minutos, volver al horno otros 10 minutos. Si se han dorado bien antes, retirar antes.
• Servir inmediatamente.
