Hoy vamos a preparar una de las salsas más deliciosas y a la vez temidas en la cocina: la salsa holandesa. Aunque a muchos les da un poco de miedo hacerla, no os preocupéis, ¡nosotros os vamos a enseñar cómo hacerlo de manera fácil y rápida, en cuestión de minutos, y lo mejor de todo, con el mismo sabor delicioso que la tradicional, que requiere más tiempo y conocimientos de cocina!
La salsa holandesa, o Hollandaise sauce, es una salsa cremosa y rica, hecha a base de mantequilla y huevo, con un toque de limón. Se sirve con un montón de platos: verduras, huevos, pescado, carne, pollo, roast beef… ¡y es la base de los famosos Huevos Benedictinos y los Espárragos a la Holandesa!
Es una de las cinco salsas madre en la cocina, junto con la bechamel, la española, la de tomate y la velouté. Todo chef, ya sea profesional o aficionado, debería conocerlas, porque son la base para muchísimas otras salsas.
Y, ojo, que pronto os enseñaremos a hacer la salsa bearnesa, que se hace a partir de la holandesa y es perfecta para carnes, hamburguesas, ¡y especialmente para barbacoa!
Ingredientes para 1 taza de salsa:
– 1/2 taza (115 gr) de mantequilla sin sal (si usas mantequilla con sal, omite la sal de la receta)
– 3 yemas de huevo
– 2 cucharadas de zumo de limón
– 1/2 cucharadita de sal
– 1/8 cucharadita de pimentón de cayena o pimienta negra (opcional)
¡Y necesitarás una batidora de mano o de mesa para hacer esta receta!
Preparación:
– Derrite la mantequilla en el microondas (sin que llegue a hervir) o en una cacerola a fuego bajo.
– Coloca las yemas, el zumo de limón, la sal y el pimentón en el vaso de la batidora.
– Bate a velocidad media-alta durante 20-30 segundos, hasta que la mezcla se aclare un poco.
– Baja la velocidad (si puedes) y comienza a añadir la mantequilla fundida en un chorrito mientras sigues batiendo.
– Una vez que toda la mantequilla esté incorporada, sigue batiendo un par de segundos más.
– Apaga la batidora y prueba la salsa. Debería estar ligeramente salada y con un buen toque de limón. Si le falta algo, ajusta con más sal o limón al gusto.
– Si quieres una salsa menos espesa, añade un poco de agua templada y bate un par de segundos más.
– Si no la vas a usar de inmediato, mantén la salsa en un recipiente con agua ligeramente templada o cerca del fuego hasta que la necesites.
– ¡Recuerda usarla dentro de la hora de haberla hecho, ya que se solidifica rápidamente!
